02 diciembre, 2011

Piriápolis: La gran aventura

El parque de las aventuras light

Por Edgardo Martínez Zimarioff

Cuando el que conoce o tiene referencias de Piriápolis y piensa en ese centro turístico de Uruguay, en general vienen a la mente aspectos como lo místico, lo tranquilo, lo seguro, un lugar con historia y tradiciones y una bucólica calma.
Sin duda esa es una realidad que busca mucha gente, pero lo que en general es menos conocido es el aspecto de turismo de aventura.
Si bien no se trata de aventura extrema, sino light, se plantea una propuesta apasionante para disfrutar con amigos, con los compañeros de trabajo o con toda la familia.
La estrella de lugar es el Eco Parque Aventura – Cerro Pan de Azúcar.
Este centro, una inversión de capitales uruguayos y de Costa Rica, está especialmente pensado para conjugar las emociones intensas con las mayores seguridades para evitar cualquier tipo de accidentes. Utiliza las más estrictas normas de seguridad internacionales, tanto europeas como de los EE.UU.  y de la propia Costa Rica.
Primer elemento fundamental es que la intervención en la naturaleza ha sido la mínima indispensable para garantizar el servicio y la seguridad. Hasta para mantener fuera del área a las clásicas víboras ponzoñosas se ha recurrido a métodos naturales.
Si bien no puede hablarse de una estrella del lugar, puede decirse que algunas de las atracciones son las más emocionantes y llenas de adrenalina: Un es el circuito de canopy, que comprende el descenso del Cerro Pan de Azúcar colgados en cables de acero, en un paseo de 3.000 metros inolvidables, en el que el viajero prácticamente vuela descendiendo de la cima, sintiendo el vértigo y el viento en su cuerpo.
Para los más atrevidos el reto mayor es el llamado “cable superman”, que implica viajar o más bien volar, entre el Cerro Pan de Azúcar y el Cerro Negro.
Pese a que la mayoría de las personas, llegan a las plataformas de lanzamiento o comienzo del vuelo, con una gran aprensión por lo impresionante del descenso y la altura,  a los pocos de comenzar la experiencia y deslizarse, el placer y la tranquilidad son instantáneos.
Así resulta entonces, que con un solo lanzamiento uno se transforma en un “aventurero especializado” que ya espera y reclama por  trepar o ser llevado en una 4 x 4 hasta el siguiente nivel de lanzamiento.
Algo más light, pero también cargado de emociones, son los circuitos de mountain bike, que comprenden opciones más sencillas, como del de “Cross country” o el más complicado y emocionante que incluye el descenso del Cerro Pan de Azúcar.
Para quienes gustan de los retos físicos, se ha diseñado el circuito “Trail running”, que enfrenta a los visitantes a un recorrido de 10 kilómetros con toda serie de obstáculos y dificultades naturales, que lo tornan inigualable.
Algo verdaderamente novedoso para el visitante es la gigantesca bola de 3 metros de diámetro llamara “Kiwi”, dentro de la cual pueden viajar hasta 4 osados aventureros, que gira la misma, pierden noción del tiempo y del especio mientras ruedan descendiendo por una pronunciada rampa natural.
“Caer en una nube” es la descripción que plantean los que experimentan el lanzarse al vacío, sin cables, sin caso y sin arnés en el “Bagjump”.
Además del senderismo, de la posibilidad de acampar en la noche o de disfrutar de múltiples secretos del parque, un valor adicional y muy poco conocido es el contacto con las gigantescas aves de rapiña y águilas, entre otros, que pueden observarse en el área de cetrería. Allí el viajero osado podrá también aventurarse a dejar que una de esas aves carnívoras se posen en su brazo enguantado.
Una recomendación ineludible, llevar calzado deportivo, ropa cómoda y la cámara de fotos o video.
Pueden verse detalles en: www.cerropandeazucar.com